domingo, 1 de noviembre de 2009

De una forma positiva, aprendí que no importa lo que pase,
o que tan ruin parezca el día de hoy, la vida continúa, y mañana será mejor.


Aprendí que se puede conocer bien a una persona, por la forma como ella afronta tres cosas: un día lluvioso, un equipaje perdido y las series de luces de un árbol de navidad que se enredan.

Aprendí que, no importa el tipo de relación que tengas con tus padres,
sentirás la falta de ellos cuando partan.


Aprendí que “saber ganarse" la vida no es la misma cosa que “saber vivir".

Aprendí que la vida a veces nos da una segunda oportunidad.

Aprendí que vivir, no es solo recibir, es también dar.

Aprendí que si buscas la felicidad, para ti... ella te elude.
Pero, si concentras tu atención en la familia, los amigos,
y en las necesidades de los otros en el trabajo y procuras hacer lo mejor,
la felicidad misma va a tu encuentro.


Aprendí que siempre que decido algo con el corazón abierto... generalmente acierto.

Aprendí que cuando siento dolor, no es preciso ser un dolor para otros.

Aprendí que diariamente necesito acercarme y tocar a alguien. Las personas gustan
del
contacto humano, tomar una mano, recibir un abrazo afectuoso, o simplemente
una
palmada amigable en la espalda.

Aprendí que las personas se pueden olvidar lo que tú les dices...
pueden olvidar lo que tú hayas hecho... pero nunca olvidarán como tú las hiciste sentir.


Aprendí que aún tengo mucho que aprender...

miércoles, 19 de agosto de 2009

Adiós pánico de invierno.

Un día de invierno miró por la ventana,
y mientras la lluvia caía sin cesar se preguntó
¿Qué haré conmigo? ,
se sentó en el sillón para sentirse más cómodo,
pero el frío del cuero gamuzado con el que estaba hecho no se lo permitían.
Y recordó aquella escena de hace un año,
aborreció cada reminescencia que creyó desterradas,
ya que solo así conseguiría liberarse y seguir,
pero la angustia lo invadió,
su cuerpo empezó a temblar,
sus manos a sudar,
la visión se tornó borrosa,
creyó que su corazón reventaría,
el aire parecía escaparse y su pecho se endurecía cada vez,
el pánico se apoderaba de él nuevamente,
no era primera vez que lo sentía.
10 minutos más tarde, su cuerpo volvía a su tensión habitual,
La quietud regresaba y comprendió que nada le pasaría, que no tenía nada que temer… ahora por fin estaría a salvo,
y esta vez, para siempre.

domingo, 26 de julio de 2009

No te rindas, aún estás a tiempo
De alcanzar y comenzar de nuevo,
Aceptar tus sombras,
Enterrar tus miedos,
Liberar el lastre,
Retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
Continuar el viaje,
Perseguir tus sueños,
Destrabar el tiempo,
Correr los escombros,
Y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se esconda,
Y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma
Aún hay vida en tus sueños.
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo
Porque lo has querido y porque te quiero
Porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.
Abrir las puertas,
Quitar los cerrojos,
Abandonar las murallas que te protegieron,
Vivir la vida y aceptar el reto,
Recuperar la risa,
Ensayar un canto,
Bajar la guardia y extender las manos
Desplegar las alas
E intentar de nuevo,
Celebrar la vida y retomar los cielos.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se ponga y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma,
Aún hay vida en tus sueños
Porque cada día es un comienzo nuevo,
Porque esta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás solo, porque yo te quiero.
MARIO BENEDETTI

viernes, 19 de junio de 2009

En LHDP

Esto salió hace un tiempo en una serie española
muy buena! y me gustó, así que quiero pornerlo aquí,
es una escena en que uno de los personajes le dice lo
siguiente a un Sacerdote y una Monjita estando en una
misión encubierta en un convento...
Como para pensar un poco.

¿Sabe lo que no es normal? ¿ usted quiere que yo le diga lo que no es normal?
No es normal pensar que hacer el amor es pecado, eso no es normal,
no es normal pensar que dios no quiere a las lesbianas y a los homosexuales, eso no es normal.
No es normal que la iglesia oculte abusos de niños, ni que los sacerdotes no se puedan casar,
no es normal la riqueza del vaticano, ni los anillos, ni el oro,
ni el dinero tirado en las campañas de publicidad y todo ese boato absurdo
mientras treinta millones de personas se contagian de sida en Asia por no usar preservativo.
Señores, dios nos hizo con dos brazos y con dos piernas
y también nos hizo con la capacidad de amar, de querernos, de tocarnos,
de sentir con la yema de los dedos un pecho cegado por la excitación
y señores eso... eso no puede ser pecado.
No es fácil y ustedes ... ustedes se empeñan en hacerlo más difícil
y enrevesado como si no nos bastáramos nosotros mismo,
como si no bastara la propia humanidad para complicarlo todo.
Señores porque amar... amar es entender también el rechazo, entender que te van a hacer daño,
que vas a sufrir, que vas a llorar y es entender que las cosas son muy distintas a como las ponen aquí.
O sea, ¿hoy te casas y vives feliz para toda la vida? Falso! Señores.. Falso...
Por muchos siglos que puedan ustedes seguir proclamándolo.
¿ Saben que creo? Creo que ustedes no saben lo que es el amor.
Porque... si algo he aprendido estos años
es que si apretar un cuerpo hasta convertirse en uno... si eso es pecado...
Soy un pecador! Por que el único Dios en el que creo... es EL AMOR!

viernes, 8 de mayo de 2009

el joven y el paracaídas....

Un joven turista se encontraba en las playas de Cancún y era la primera vez que subiría en un paracaídas jalado por una lancha.
Si conoces la playa, sabes que los lancheros prestan ese servicio, que consiste en que un paracaídas es amarrado por una cuerda a una lancha.
Entonces, la lancha inicia su recorrido mar adentro, con el turista sujeto al paracaídas con un arnés. Este corre con el paracaídas en la playa por unos instantes, hasta el momento en que el turista despega los pies del suelo, el paracaídas se eleva hasta el cielo y la persona junto con el.
Imagínate, el joven no sabía nadar y tenía las siguientes preguntas en su cabeza:
¿Qué pasará si la lancha me arrastra mar adentro, antes de que me eleve el paracaídas?
¿Qué tal si una vez en el cielo, me caigo de semejante altura?
A pesar del miedo, decidió actuar y confiar en la incertidumbre. Sabía que era una experiencia nueva y era natural tener miedo. Pero también sabía que la vida es eso, experiencias nuevas y que tenía que estar abierto ante la vida.
Se puso el arnés. Escuchó con nerviosismo las últimas indicaciones del instructor. “Ruuuuuum” se escuchó el sonido del motor de la lancha que iniciaba su recorrido al mar. El joven comenzó a caminar al principio y después a correr a medida que la velocidad aumentaba.
Y llegó el momento en que tuvo que pegar un salto para evitar caer al mar “¡Guuuuuaaaaaauuuuuu!” no lo podía creer, el paracaídas se elevó y en cuestión de segundos, estaba a muchos metros encima, viendo el mar y los hoteles de la ciudad, como si fueran casas de juguete. Y sintió paz.
“Qué emocionante, nunca me hubiera imaginado que sería tan fácil y divertido” y disfrutó de la hermosa vista desde el cielo.
¿Qué podemos aprender de este joven? Es natural tener miedo ante lo desconocido. La imaginación crea mil y un fantasmas pero son eso. Fantasmas. No existen en realidad y son auto-creados.
Mi pregunta es: ¿Cuántos de nosotros evitamos tener experiencias nuevas por temor a lo desconocido?
Aún más fuerte: ¿Cuántos miedos imaginarios has acumulado durante tu vida, que te han evitado experimentar cosas nuevas y ser feliz?
“Muchos sinsabores he tenido en la vida, la mayoría de los cuales nunca me han ocurrido”. Exacto. Si analizas tu vida a la luz del pasado, descubrirás que lo que más temes nunca pasó y cuando sucedió, resultó ser una experiencia única y placentera.
Te invito a que busques dentro de ti, aquello que has evitado hacer por mucho tiempo, por culpa de esos fantasmas imaginarios y lo hagas.
¿Y quién sabe? Quizás disfrutes de una hermosa vista del cielo, como el joven de la playa.


autor desconocido/a

jueves, 16 de abril de 2009

Érase una vez...

"Erase una vez un reino muy, muy lejano y muy, muy feliz,
hasta que de pronto un día apareció un dragón volando,
cogió a la bella princesa y, sin que su escudero pudiera
hacer nada para salvarla, se la llevó a su cueva.
Lo primero que pensó el rey fue ir él mismo detrás de la princesa,

pero se dio cuenta de que si el dragón se lo comía,
nadie podría reinar y sería un verdadero desastre.
Entonces buscó a los soldados de la Guardia Real,
pero el rey se echó atrás porque si el dragón los vencía,
nadie podría proteger el reino.
- El cocinero real me ayudará - se dijo el Rey.

- No, no, no, tampoco él puede hacer nada por mí,
porque si el dragón se lo come no habrá nadie para cocinar en el reino
y todos se morirán de hambre. ¿Y los bufones de la corte?
Pero tampoco ellos podían ayudarle,

porque si el dragón los devoraba nadie volvería a reír nunca en palacio.
Y cuando más triste estaba el rey pensando que nadie

en todo el reino podría salvar a su hija,
se abrió la puerta del palacio y aparecieron la princesa y el dragón de la mano.
Se habían hecho muy buenos amigos
y el rey se dio cuenta de que no hacía falta ningún héroe para matar al dragón,
porque el dragón sólo buscaba alguien con quien hablar.
Y desde ese día el dragón vivió en palacio y fueron felices y comieron perdices.
Y colorin colorado este cuento se ha acabado."

miércoles, 8 de abril de 2009

8 de abril del 2009

y decidí seguir adelante,
decidí dejar todo lo doloroso atrás,
toda la angustia en el pasado, ahora
de nada sirve, si nada de lo que haga o
deje de hacer cambiará algo de ese pasado…

y es porque necesito seguir, necesito avanzar,
necesito cambiar, pero ¿Cómo puedo hacerlo?
No sé cómo, qué tengo que hacer,
Siento que no hay nadie que me pueda ayudar,
y es porque a nadie le corresponde ayudarme,
más que a mi misma, y entonces vuelvo al
pero ¿cómo puedo hacerlo?

Mientras más me lo pregunto,
más me pierdo y me estanco al no encontrar respuesta.
Y mientras hago eso, no estoy avanzando, ni cambiando…

El primer paso es darse cuenta de que uno necesita cambiar,
Pero es difícil cuando toda una vida se ha sido de cierta forma,
aunque sé que por muy difícil que sea,
no dejaré de intentarlo,
ya he recorrido gran parte de la carrera,
así que no la abandonaré a estas alturas…

Podré demorar toda una vida,
pero lo haré, lo importante es creer que es posible

cambiar y crecer, ser distinta a lo que hoy día soy, y
seguir subiendo y acercándome a la cima,
aunque creo también que esa cima no existe en realidad,
porque no hay meta alguna en esta carrera,
solo se puede ascender.

Así que por todo esto un día como hoy
decidí seguir adelante…